Lo que hay es mucho estigma, tela y telares. El estigma se teje, es un
tejido, textil, texto. El estigma son cosas dichas: dice el doctor, dice
la madre, dice la tele, dice la ciencia ... y acaba uno diciendo: es
que yo soy esquizo-yo. Y entonces ya es que el estigma te ha envuelto,
te ha momificado con una venda cegadora y opresora que muchas veces te
crees que te sostiene, te sujeta a un diagnóstico pero de la que no
quieres prescindir por si te deslian y te desmoronas, ¡a alguna momia le
pasa!, ¡te vayas a creer!.
Hay que ir cortando la venda con cuidao. Hay que recortar parrafos y
frases y recomponer textos, cosas que se digan que no te maten ni te
hieran, cosas para vivir. Tu escuchas y preguntas, a lo maestro Buda, a
ver que se produce de cuestionamiento, de deseo. Y si la cosa vá, pues
quitas más venda hasta que la momia empieza a desenredarse sola y emerge
un sujeto, libre. ¡Ya está!
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